En febrero de 1949, después de mucha oración y reflexión, Watchman Nee decidió permanecer en la ciudad de Shanghái debido a la carga que tenía por las iglesias, los colaboradores y el testimonio del Señor en China. Por un lado, él confiaba plenamente en la soberanía del Señor; y por otro, estaba consciente del riesgo que afrontaba y estaba preparado para ser sacrificado en aras del testimonio del Señor. En la primavera de 1952, él fue arrestado y encarcelado a causa de su fe; y durante el verano de 1956, luego de un juicio muy prolongado, fue sentenciado a quince años de prisión. Sin embargo, aún cuando cumplió su sentencia, nunca fue puesto en libertad. Mientras estuvo preso, sólo a su esposa se le permitió hacerle visitas ocasionales. Su esposa falleció el 7 de noviembre de 1971. La muerte de su esposa significó una gran
pena para él y lo aisló completamente de todo contacto con el mundo exterior. Poco después de la muerte de su esposa, el 30 de mayo de 1972, Watchman Nee también llegó al final de su peregrinaje en la tierra y descansó con Cristo, a quien sirvió a costa de su propia vida. Antes de fallecer, dejó una nota bajo su almohada en la que, usando varios renglones y con letras grandes, escribió con mano temblorosa lo siguiente:
“Cristo es el Hijo de Dios, quien murió para redimir a los pecadores y resucitó después de tres días. Esta es la verdad más grande del universo. Muero por mi fe en Cristo.”
—Watchman Nee.
Hasta el momento han habido cerca de 23.000 arrestos en China por la fe en Cristo, pero esto no detendrá la expansión de la Palabra, pues es viva y eficaz y Dios se ha provisto de hombres como El Atalaya Nee para que impacten la sociedad, este gran hombre de fe no solo impacto con el evangelio su nación sino al mundo entero, estando en prisión sufrió tortura y maltrato pero esto no lo detuvo para predicar a Jesucristo dejando tras de si un gran legado de salvos y obreros de Cristo, en el transcurrir de su vida y aún estando en prisión a causa de su devoción, China y otras naciones seguían siendo impactadas y muchos se entregaron a Cristo, tanto fuera de la prisión como dentro de ella, hombres libres, prisioneros y guardianes vieron a través del Atalaya Nee la luz del evangelio, reconociendo a Jesucristo como su único Señor y Salvador. ¡Que el mundo se impacte por la luz del evangelio que fluye de ti y de mi, en Cristo Jesús nuestro Señor, que las muchos tropiezos y escarnios no nos apaguen la voz para predicar el evangelio de salvación!. Recordemos lo que dijo Pablo estando en prisiones:
8 Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, 9 en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no está presa. 10 Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.
2 Tim 8-10