¿Por qué Dios permite que pasemos por tiempos difíciles? A veces, los cristianos creemos que si estamos siguiendo al Señor, Él debe protegernos de los problemas. Pero Jesús nunca prometió a sus discípulos una vida fácil y cómoda. Por el contrario, les dijo que esperaran tribulaciones (Jn 16.33). Después de todo, Cristo mismo no estuvo exento de aflicciones. Él fue llamado “varón de dolores” (Is 53.3).
Las pruebas han sido la experiencia
común de la humanidad a lo largo de la historia. Al recordar esas
situaciones desde la perspectiva de Dios, podemos tener una mejor
comprensión que nos ayudará a reaccionar sabiamente en el futuro. El
Señor utiliza las dificultades para lograr algo bueno en nuestras vidas,
pero el experimentar estos beneficios dependerá de nuestra respuesta.
Tenga la actitud correcta
¿Cómo reacciona usted cuando experimenta
alguna dificultad o aflicción? ¿Se lamenta y autocompadece? ¿Se enoja y
culpa a otros de sus problemas? Todas estas reacciones llevan a la
desdicha, pero Santiago 1.2-6 (Reina Valera Contemporánea – RVC)
presenta una perspectiva totalmente diferente en cuanto al sufrimiento: “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuanto estén pasando por diversas pruebas” (v. 2).
Algunos pueden leer ese versículo y
pensar: ¡Qué declaración tan absurda! Las pruebas y las lágrimas van
juntas. ¿Cómo es posible tener gozo? Pero Santiago entiende algo sobre
el sufrimiento que nosotros necesitamos saber. La palabra considérense
está relacionada con la palabra “estímense”. Santiago no nos está
diciendo que nos deleitemos en la aflicción y que nos sintamos felices,
sino que estimemos nuestras pruebas como una oportunidad para recibir
las bendiciones que Dios nos ha prometido cuando reaccionamos
sabiamente.
No sé lo que usted está enfrentando
ahora mismo. Pero sí sé que si está dispuesto a ver la situación con
gozo, descubrirá la bondad de Dios en medio del sufrimiento. A
diferencia de la felicidad, el gozo no depende de las circunstancias
agradables, porque lo produce el Espíritu Santo que mora en nosotros.
Determine la causa
Saber cómo se inició la prueba puede
ayudarle a entender la manera sabia de reaccionar. Dado que nuestros
problemas se originan de fuentes diferentes, necesitamos adecuar
nuestras respuestas según el caso. Cada vez que se halle en una
dificultad, pídale al Señor que le ayude a determinar la causa y la
respuesta conveniente. He aquí algunas fuentes comunes de dificultades.
Uno mismo. A veces nos
metemos en problemas por nuestras propias decisiones o acciones. Podemos
encontrarnos en una dificultad, simplemente porque hemos plantado la
semilla problemática y ahora estamos cosechando lo que hemos sembrado
(Gá 6.7, 8). La buena noticia es que si nos arrepentimos y humillamos,
el Señor nos rescatará de nuestro fracaso y nos enseñará lecciones
valiosas.
Los demás. Pero también
hay veces en que nuestros problemas son el resultado de las decisiones o
la conducta de otra persona. Tal vez el proceder de un ser querido le
ha causado sufrimiento, o tal vez un enemigo está difamándole. En
cualquier caso, su tarea es perdonar a quienes le hagan mal y buscar la
sabiduría de Dios para hacer frente a la situación de una manera que lo
honre a Él.
El mundo. Muchas de
nuestras pruebas son simplemente el resultado de vivir en un mundo
caído. Se producen accidentes, las personas se enferman, los desastres
naturales nos golpean, estallan guerras; y no tenemos control sobre nada
de esto. Nuestra esperanza es que un día, cuando Cristo vuelva, todo
esto terminará y viviremos en paz. Mientras tanto, recurrir al poder
sustentador del Espíritu Santo nos permitirá reaccionar de una manera
que atraiga a otros al Salvador.
Satanás. También
tenemos un adversario que quiere devorarnos. El diablo está tratando
constantemente de debilitar nuestra fe, arruinar nuestro testimonio, y
hacernos inútiles para el reino de Dios. Pero no estamos indefensos ante
sus arremetidas. Dios nos ha dado su armadura espiritual para
protegernos de los ataques del enemigo (Ef 6.11).
Dios. Porque el Señor
es soberano sobre todas las cosas, ninguna prueba puede tocarnos a menos
que Él lo permita. Nuestro Padre celestial sabe que algunas veces la
única manera como podemos crecer espiritualmente es a través del
sufrimiento. El dolor puede agudizar nuestra sensibilidad a su presencia
y darnos oídos cuando hemos sido sordos a su voz. Revela los pecados
ocultos, y nos purifica de la manera que el fuego refina al oro. Desde
el punto de vista humano, las pruebas duelen; pero desde la perspectiva
de Dios, son un puente para relacionarnos más estrechamente con Él.
Entienda los propósitos de Dios
El sufrimiento sin sentido es agotador y
desmoralizante, pero si entendemos que hay un propósito para nuestros
problemas, podemos soportar casi cualquier cosa. La razón por la que
Santiago podía regocijarse en las pruebas era porque sabía que Dios
estaba realizando algo bueno.
La prueba de vuestra fe.
Para que la fe sea genuina, debe ser probada. Cuando todo va bien, es
fácil decir: “Por supuesto, confío en el Señor”. Pero cuando vienen
tiempos difíciles, la confianza en Él puede caer en picada. ¿Creerá y
actuará usted de acuerdo con la verdad de las Sagradas Escrituras o
permitirá que los sufrimientos le lleven a dudar del amor y el cuidado
de Dios? Cada momento de adversidad que enfrente es una oportunidad para
creerle al Señor, descansar en sus promesas, y seguir creciendo a su
semejanza.
Produce paciencia. Una
de las cualidades más valiosas que el Señor desea producir en nuestra
vida es la paciencia. Eso podría no ser lo que deseamos cuando el
sufrimiento llama a nuestra puerta. Pero el Señor sabe que algunas
lecciones se aprenden solo bajo la presión de la adversidad. Sin
embargo, aun así, Él soberana y tiernamente nos protege limitando la
longitud e intensidad de cada prueba. Aunque podemos pensar que no
podremos soportar, Él conoce nuestros límites y no irá más allá de
ellos.
La paciencia que Dios quiere para nosotros no es resignación.
Su propósito es que soportemos la prueba con paciencia, con una
inquebrantable confianza en su bondad, y con la confianza absoluta en el
poder del Señor. La única manera como podemos hacer esto es con la
determinación firme de vivir para sus propósitos, sin importar el costo.
Para que seáis perfectos y cabales.
Aunque Santiago nos dice que soportar las dificultades tendrá
resultados maravillosos, no dice que dejaremos de ser
pecadores.“Perfectos y cabales” significa que maduraremos y nos
desarrollaremos totalmente. Ser nacidos de nuevo no es la meta final de
la vida cristiana; es solo el comienzo. De allí en adelante, Dios quiere
que crezcamos hasta convertirnos en cristianos maduros. Su propósito es
conformarnos a la imagen de su Hijo (Ro 8.29), y las
pruebas juegan un papel vital en este proceso que dura toda la vida. Él
las utiliza para remover malos hábitos y actitudes pecaminosas, y pulir
nuestro carácter hasta que reflejemos a Cristo.
Sin que os falte cosa alguna.
Tal vez el beneficio más sorprendente de las pruebas, es que dan algo
que necesitamos. Si usted soporta las dificultades con la actitud
correcta, Santiago dice que saldrá sin que le “falte cosa alguna” (Stg
1.4). El apóstol Pablo dijo que su “aguijón en la carne” le fue dado
para enseñarle humildad y dependencia de Cristo (2 Co 12.7-10). Pero
dice también que el Señor lo consolaba en sus aflicciones para poder él
consolar a otros (1.3, 4). Si usted quiere llegar a ser útil en el reino
de Dios, el quebrantamiento es el camino que el Señor usa con el fin de
producir las cualidades necesarias para cumplir su voluntad.
Coopere con los propósitos de Dios
Aunque todos estos beneficios están
disponibles para usted, no son automáticamente suyos. Cuando seguimos
las instrucciones de Santiago, nos abrimos a las bendiciones prometidas
por Dios: todos los recursos que necesitamos para vivir victoriosamente
en Él. Por tanto, considere las pruebas como una oportunidad para
gozarse y para dejar que la paciencia produzca su fruto, porque entonces
su sufrimiento será provechoso, para ahora y la eternidad. Si le falta
sabiduría para enfrentar las pruebas, el Señor le invita a pedirla a Él,
y a esperar recibirla por fe (Stg 1.5-6).
La corona de la vida aguarda a quienes perseveran bajo la prueba y son aprobados (1.12).
Dios quiere hacer grandes cosas en usted, y lo hará si se lo permite.
Pero Él no le presionará para que lo haga. La decisión es suya. ¿Le
permitirá que utilice la adversidad para transformarle?
La perspectiva de Dios para los tiempos difíciles
El Señor controla la duración y la intensidad de mi prueba.
Él tiene un propósito específico al permitirla.
Puede producir algo en mí que me está faltando actualmente.
Si confío en Dios con una actitud de gozo, seré bendecido por medio de la adversidad.
Cristo quiere demostrar que puede darme fuerzas al permitirme estar bajo gran presión.
Él está conmigo en cada paso del camino.
Gracias al poder del Espíritu Santo, saldré triunfante de esta prueba.