Los seres humanos por
naturaleza somos visuales. Es por esta razón que no es fuera de lo común ver
como con frecuencia, las personas asisten a lugares y eventos donde
supuestamente hay una aparición u ocurren cosas que aparentan ser sobrenatural.
Por ejemplo; ¿Cuántos han escuchado en las noticias acerca de cómo una iglesia
se abarrota de personas, simplemente porque alguien dijo que había visto una
imagen de Jesús reflejada en una pared o cualquier otra cosa similar? Esto es
algo que sucede con frecuencia, y las personas salen corriendo, y hacen cola
para entrar y ver la aparición. No importa cuánto tengan que esperar, no
importa las condiciones del tiempo, todos quieren ir y ver lo que está
aconteciendo. Pero la realidad de todo es que en la mayoría de los casos
(99.9%), dichos eventos sobrenaturales terminan siendo algo fácilmente
explicado, o un fraude con el propósito de reunir a grandes grupos de personas.
Así que ahora debemos preguntarnos, ¿por qué sucede esto? Este será el tema que
estaremos enfocando en el día de hoy. Pasemos ahora a la Palabra de Dios.
“..
¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le
obedecen?..” Lucas 8:25
Como
acostumbro a decir, para tener un mejor entendimiento del mensaje de Dios para
nosotros hoy, nos será necesario hacer un breve repaso de historia. Esta
pequeña porción del versículo forma parte de lo que sucedió cuando los
discípulos entraron en la barca para pasar el lago e ir a la tierra de los
Gadarenos, y en camino se desato una gran tormenta y todos pensaron que morirían
mientras Jesús dormía. Esto nos demuestra que en éste punto de la historia el
ministerio de Jesús ya estaba marchando a toda velocidad. Por ejemplo; Él había
liberado a un hombre que estaba poseído por un espíritu inmundo[1].
Jesús había sanado a la suegra de Pedro[2]. Jesús había sanado a un
gran grupo de personas en una tarde[3]. El Señor había sanado a una
persona de la lepra, cual era la enfermedad más temida de ese
entonces[4]. Había sanado a un paralítico[5], y también
había sanado al hombre con la mano seca[6]. ¿Por qué es necesario
conocer estos detalles? Es necesario saber estos pequeños detalles porque ellos
nos demuestran que Jesús en más de una ocasión había demostrado el poder de
Dios. Jesús en más de una ocasión había demostrado Su autoridad e identidad;
sin embargo ellos aun no habían logrado entender. Así que manteniendo estos
breves detalles en mente, continuemos ahora con nuestro estudio de hoy.
Cuando analizamos las escrituras podemos ver con claridad que los
discípulos no lograron entender la verdadera identidad del Señor hasta después
de Su muerte y resurrección. Y esto es algo que se hace evidente cuando ellos
preguntaron: “..¿Quién es éste, que aun a los
vientos y a las aguas manda, y le obedecen?..” La
realidad del caso es que lo mismo les sucede a muchos creyentes. Existen muchos
creyentes que aun no han entendido la verdadera identidad de Jesús, y es
exactamente por esa razón que vemos como las personas corren de un lado al otro
buscando señales, apariciones y demás. Tal parece que a muchos se les ha
olvidado lo que el Señor dijo claramente cuando estaba hablando acerca de las
señales antes del fin en Marcos 13:21-22 cuando
leemos: “…Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad,
allí está, no le creáis. 22Porque se levantarán falsos Cristos y
falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible,
aun a los escogidos…” Y esta advertencia es algo que todos tenemos que
siempre tener en mente, porque si no lo hacemos, entonces corremos el riesgo de
ser engañados y apartados de la presencia de Dios.
Cuando buscamos lo que el
Señor nos dice acerca de las señales encontramos que Él dijo: “…La generación
mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del
profeta Jonás. 40Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez
tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la
tierra tres días y tres noches…” Mateo
12:39-40. ¿Qué les quiero decir con esto? Con esto no les quiero decir,
ni estoy implicando que las sanidades, las liberaciones, y las otras muchas
cosas que suceden en el nombre de Jesús no son reales. Dile a la persona que
tienes a tu lado, ¡los milagros existen! Pero lo que si les estoy diciendo es
que las señales tras las cuales muchos corren son un fraude.
La presencia de Cristo no
existe en lo que aparenta ser la imagen de un hombre en un pedazo de pan
tostado. La presencia de Dios no existe en lo que aparente ser la imagen de un
personaje bíblico reflejado en una pared. La presencia de Dios no existe en un
artículo supuestamente bendecido por un hombre. ¿Dónde existe la presencia de
Dios? La respuesta a esta pregunta es fácilmente encontrada en Mateo 18:20 cuando leemos: “…Porque donde están dos
o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos…” Dile a
la persona que tienes a tu lado: ¡Cristo esta aquí! Pero lo más bello de todo
es que la presencia de Dios no se limita a solo este lugar. La presencia de
Dios existe y es sentida en la vida de todo creyente fiel. Fíjense bien como
esto es algo que el Señor nos dice claramente en Juan
14:15-17 cuando leemos: “…Si me amáis, guardad mis mandamientos.
16Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre: 17el Espíritu de verdad, al cual el mundo no
puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque
mora con vosotros, y estará en vosotros...” Despierta al que tienes a tu
lado y dile: ¡la presencia de Dios mora en ti! ¿Cuántos pueden levantar un
grito de júbilo conmigo ahora y decir Gloria a Dios?
“…¿Quién es éste, que
aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?..” Éste es el Cristo,
éste es hijo de Dios[7]. Éste es el Alfa y el Omega; Jesús es el
principio y el fin. Antes de Él no existió nada, y después de Él no existirá
nada. Cuando Juan fue llevado ante la presencia de Dios para recibir el libro
de Apocalipsis encontramos que el Señor nos dice: “…Yo soy el Alfa y la
Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la
fuente del agua de la vida. 7El que venciere heredará todas las
cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo…” Apocalipsis 21:6-7. ¿Quieres recibir el agua de la
vida? Entonces tienes que darte cuenta que existen muchas cosas que tendrás que
vencer. Aquí vemos que se nos dice: “…El que venciere heredará todas las
cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo…” ¿Qué tenemos que vencer?
Tenemos que vencer la duda, porque la duda en toda ocasión nos separara de la
verdad de Dios. Tenemos que vencer la apatía, porque la apatía en toda ocasión
causara que nos alejemos de los caminos de Dios. Tenemos que vencer el
desanimo, porque el desanimo en toda ocasión causara que menospreciemos las
ricas y abundantes bendiciones que Dios nos da. Tenemos que vencer las
supersticiones, porque las supersticiones en todo caso nos alejaran de la
Palabra de Dios. Dile a la persona que tienes a tu lado, ¡tenemos que
vencer!
¿Por qué es que las
personas corren de un lado al otro en busca de señales y apariciones? Lo hacen
porque no se han dado cuenta, o no logran entender la verdadera identidad de
nuestro Rey y Salvador. Tenemos que darnos cuenta de que Dios es omnipresente,
omnisciente, y omnipotente. La presencia de Dios no puede ser sujetada a un
lugar, y definitivamente no puede ser manipulada por los hombres o por nada.
Les puedo asegurar que la presencia de Cristo NO aparecerá en un pedazo de pan
tostado, o en un espejo, o en una pared, o que solo será vista por un grupo de
personas selectas. ¿Cómo les puedo decir esto con tanta seguridad? Se los
puedo decir: “…Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un
extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su
día…” Lucas 17:24. ¡Esta es la verdad de
Dios! Dile a la persona que tienes a tu lado: ¡todos lo
verán!
Para concluir.
El Señor nos advierte y nos dice: “…Porque se levantarán falsos Cristos, y
falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que
engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos…” Existen numerosos seudo
cristos representados por las falsas religiones, sectas, y cultos. Satanás y
sus demonios hacen cosas que aparentan ser milagros, y es por eso que aquí en
esta pequeña parte de las escrituras Jesús nos advierte que tengamos mucho
cuidado. Tener cuidado de no caer en la trampa que el enemigo nos tiende, o en
la emboscada que nos prepara a través de incidentes que han sido promocionado
como manifestaciones sobrenaturales.
Yo
te digo, no permitas ser engañado, y no te dejes llevar por lo que ves. Nunca
dejemos de tener presente que no todos los que claman venir en nombre de Dios
son de Dios. No toda voz que oímos clamando ser de Dios es de Dios. El Señor lo
dijo mejor cuando declaro lo que encontramos en Mateo 7:21-23 cuando
leemos: “…No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
22Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu
nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros? 23Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad.”
No
busquemos señales y prodigios como la busca este mundo, si no busquemos la
solución a nuestras dificultades y problemas en el único que las puede
resolver. No aceptes todo lo que veas, ya que todos aquí podemos ser
engañados. Recuerda que por muy lindo y bueno que aparente, si lo que escuchas
y ves contradice la Palabra de Dios, entonces no es de Dios.
“…¿Quién es éste, que
aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?..” La palabra nos
responde esta pregunta claramente en Filipenses
2:9-11 cuando leemos: “…Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo
sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; 11y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre…” Éste es a quien
servimos, y tenemos que proclamar.