“Este año voy a bajar de peso y comenzaré a trotar todas las mañanas. Tomaré clases de guitarra, remodelaré la cocina y ordenaré la caja de fotos guardada en el sótano. Seré más suave con mis hijos y tendré una actitud más positiva frente a los problemas para evitar las preocupaciones.”
¿Te suena conocido?
Cada año inicia un nuevo ciclo lleno de energía para cambiar y emprender aquello que estamos queriendo realizar desde hace tanto tiempo. Al inicio del año sabemos que lo vamos a lograr, tenemos todo el impulso para emprender lo nuevo, y lo cierto es que de hecho, al comenzar el año, empezamos a conseguirlo: dejamos de lado los postres, conseguimos el profesor de guitarra, nos levantamos a trotar y hacemos diseños para la cocina. Llega febrero y la motivación empieza a disminuir. Se presentan las obligaciones, otras prioridades y comenzamos a pensar que esos propósitos al final no eran tan importantes, que la caja de fotos puede quedar para después y que si el fin de semana como todo lo que se me antoja, no pasa nada. Marzo, abril… no vemos resultados y perdemos el impulso.
El secreto está en establecer un orden sencillo que optimice la energía que requiere la mente para hacer algo distinto a lo acostumbrado y lograr transformar un hábito, haciendo una sola cosa a la vez. Si intentamos decirle a la mente que de repente debe cambiar 7 actitudes y maneras de hacer las cosas al mismo tiempo, vamos a encontrar 7 veces más resistencia mental de la habitual y necesitaremos 7 veces más energía.
- Priorizar: Haz tu lista de metas para este año y organízalas en orden de prioridades. Para establecer prioridades, pregúntate: ¿Qué acción tiene un efecto más profundo en mi salud? ¿Cuál de estas metas me proporciona un beneficio a largo plazo? ¿Cuál de estas acciones me ayudan a lograr las otras metas? ¿Cuál me acerca más a vivir de acuerdo a mis valores y principios? ¿Cuál de estas acciones disfruto más? Este será el orden en que llevarás a cabo tus metas y siempre comenzarás a trabajar en la meta que establezcas como número uno.
- Planear: Una vez que tengas tu lista de metas organizada puedes empezar a proyectar. Harás un plan para la ejecución de la primera meta solamente. Primero debes visualizar un resultado, cuál es la meta final? Luego deberás descomponer la meta en sub-metas para las cuales hay que hacer tareas y acciones. Tendrás metas semanales y acciones diarias que te acercarán al propósito final. Planear consiste, en parte, en visualizar pues solo podemos materializar algo para lo cuál ya tenemos una imagen mental pre-establecida. Todos los días te concentrarás en la acción diaria que te conduce a tu meta, y todas las noches te visualizarás gozando de los resultados de tu meta realizada.
- Enfocarse: Según Leo Babauta, la concentración es la herramienta más importante que tenemos, así que debes a enfocarte en una sola meta a la vez y cuando estés ejecutando la acción que te acerque a la meta debes concentrarte por completo en eso, en el momento presente, sin dejar que las distracciones desvíen tu atención.
- Crear hábitos: “El hombre es un animal de costumbres.” – Charles Dickens — Cada cosa diferente que comenzamos a hacer resulta difícil hasta que se convierte en un hábito. Para tener éxito con las metas debemos integrar estas nuevas acciones en nuestra vida y hacer que se conviertan en costumbres. Una vez que el hábito se haya enraizado, llevarlo a cabo sucede casi automáticamente. Es solo al inicio que necesitamos una gran dosis de energía y motivación, y es por esto que vas a concentrar toda tu reserva disponible en una sola cosa a la vez. Dedicarás 30 días seguidos única y exclusivamente al desarrollo de una meta en particular. No importa si la meta la logres alcanzar al cabo de 6 meses, lo importante es enfocar esa energía inicial solo en ella. Después de un mes, el cerebro registra la nueva actividad como habitual y la integra a nuestro “reloj biológico” volviéndola casi ineludible.
- Empezar en pequeño: Hay metas que nos parecen tan grandes e improbables que rápidamente perdemos el impulso. Pero todos sabemos que con perseverancia y dedicación podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos, es una cuestión de orden y enfoque. Por esta razón descompusiste la meta en sub-metas y acciones. Además, comenzarás con lo que te resulte más cómodo. Harás acciones pequeñas que sean tan fáciles que no puedas eludirlas. Así, dejarás de ver la meta como algo inalcanzable y te entrenarás poco a poco, con pasos pequeños y fácilmente realizables.
Tomemos el ejemplo de arriba y supongamos que ésas son tus metas para éste año.
Hacer ejercicio y salir a trotar en las mañanas es bueno para tu salud, te ayudará a bajar de peso, vivir con tranquilidad, y te hará sentir bien. Te preocuparás menos y probablemente serás más suave con los niños y esto te dará calidad de vida a largo plazo. En este caso, salir a trotar por las mañanas se convierte en tu meta número uno.
La meta final es trotar todos los días a las 6 AM durante 30 minutos. Crees que podrías empezar con 15 minutos, entonces comenzarás en pequeño saliendo a trotar solo 5 minutos todos los días durante la primera semana. En la segunda semana aumentarás solo 5 minutos y así irás acercándote a la meta final lentamente.
Todas las noches te visualizarás haciéndolo: imaginarás como te despiertas con facilidad en la mañana y sales por la puerta para ir felizmente a trotar.
Durante el primer mes, solo te concentrarás en cumplir la acción diaria que te acerca a tu meta. Todavía no haz comenzado con las otras metas y no lo harás hasta que ésta esté realizada y el hábito se haya enraizado. Así que si durante el segundo mes, salir a trotar todavía requiere de un esfuerzo significativo, seguirás concentrándote en esta meta solamente.
Al tercer mes probablemente ya estarás sintiendo los beneficios de este nuevo hábito y tendrás buenas bases para tener éxito en todas las otras metas: bajar de peso, vivir sin preocuparse, ser suave con los niños, etc. Y trotar, ya se convirtió en parte de tu vida. Ahora podrás iniciar el mismo proceso con tu siguiente meta.
Recuerda que para tener éxito en el cumplimiento de tus metas debes enfocar toda tu fuerza de voluntad y capacidad de concentración en realizar una sola acción diaria que te lleve a tu meta, y trabajar en una sola meta a la vez.
Por último, ¡celebra tus logros por pequeños que sean y compártelos con los demás!
Los principios de este artículo están basados en el libro: “El poder de lo Simple” de Leo Babauta. Autor del blog Zen Habits.
Por Catalina Ramelli para Inspira Colombia.
Por Catalina Ramelli para Inspira Colombia.